Algunas cosas de muchas otras

Saturday, February 03, 2007

Cómo empezar?

A su alrededor una habitación pequenna, bastanta desordenada, tenía polvo sobre todos sus libros, varios vasos sucios, tazas de café con el cuncho de hace días, platos con restos de pasta. La cocina estaba completamente sucia, llena de regueros de café, de aceite, de mantequilla, de leche, pedazos de frutas, envolturas de paquetes... a pesar de no cocinar casi, se iba acumulando la basura, parecia que la suciedad fuera parte de él, que había entrado y lo había poseido. A ratos pensaba en limpiar, pero le entraba entonces pereza y un extranno temor, terminaba durmiendo, a veces se iba, o a veces se preparaba un chocolate o un café, con lo que aumentaba el reguero, al que no podía enfrentarse.
El piso de la cocina tenía también manchas y pegotes, al igual que en la sala y en el banno, en este último, la caneca estaba totalmente llena, y a su alrededor se acumulaba más basura. El retrete con pedazos de mierda vieja,las paredes ya no eran del color original, estaban oscurecidas, quién sabe hace cuánto no eran limpiadas. El lavamanos estaba lleno de pelos y de polvo, que ya había armado una pasta gris firmemente agarrada. El cepillo de dientes estaba sobre un vaso plástico, la seda dental se había acabado hace rato, pero la caja seguía ahí, el recipiente del enjuague bucal también vacío, cepillo lleno de pelos, muy sucio, con más polvo. La ducha tenía en el suelo esa misma pasta de polvo que se hacía mas oscura en las esquinas, llena de pelos sobre las paredes y el suelo. El jabón era ya viejo, con esa película transparente un poco mas babosa que el resto.
En el cuarto se veía la ropa regada en el suelo, la cama destendida, no cambiaba las sabanas hace varios meses. Los puertas del closet abiertas, no era necesario distinguir donde estaba la ropa limpia y donde la sucia: la primera hace rato se había agotado. Las cortinas permanentemente cerradas, parecían bastante oscuras, aunque su color original fuera caqui. Había mas basura, papel higienico de cuando le dio gripa, paquetes de papas que se había comido viendo tele, regueros de gaseosa, regueros de café, copitos con los que algun dia le limpio las orejas (hace ya mucho no lo hacía), folletos que recibia en la calle, recibos de cosas que compro algun día, medias sin par sucias, ropa interior utilizada en varias ocasiones, camisetas sudadas, pantalones con manchas, con rotos en el trasero, sucios desde hace meses.
Sosteniendo su mirada sobre el reguero de mierda frente a sí, que cada día era más suyo, que cada día se apoderaba más de él, pensaba en lo cochino que era, en lo asqueroso por haber dejado de lavar la losa algún día, por haber dejado de bannarse, de tender la cama, de lavar la ropa... odiando toda su suciedad, todo lo repugnante que podia ser.
Podía pasar horas contemplando lo que había hecho de él, de su vida, tratando de recordar cómo empezó, cuándo, tratando de imaginarse cómo sería todo si no lo hubiera dejado crecer tanto. Piensa en la muerte todo el día: Pablo quiere morir por que no ha limpiado su cuarto; se rie ante su propia ridiculés, al final siempre termina llorando y planeando limpiar al otro día.